el despertar… | microrrelatos

ventana_rocio

Abrumado se despertó en esa cama.
Extraña, lejana.

La mujer de su vida aún dormía a su lado.

En la ventana empañada, el joven sol derretía el rocío de la madrugada.
No había recuerdos.
No había sueños.
Sólo el mareo de un nuevo despertar.
De una nueva mañana, de un nuevo comienzo.

Mientras se obligaba a dormir nuevamente,
encontró a sus hijos que le sonreían desde una instantánea.

De pronto se estremeció.
El recuerdo se hizo culpa y le paralizó el corazón.

Con el taladro de los “bips” monitoreando su alma,
cerró los ojos para siempre,
matando unas amargas lágrimas.

 

 

* Imagen de 4freephotos.com

penumbras… | microrrelatos

thailand
Una noche se despertó.
Después de un sueño casi eterno,
abrió esos tristes ojos presos de un amor perdido.

Sonámbulo hacia la ventana, con falsos pasos se movía,
mientras en su pecho retumbaban,
como ecos de otros tiempo,
vacíos latidos de emociones ya vividas.

Gritó con todas sus fuerzas.
Tanto que la voz no le salía.

Por eso nadie lo escuchó.

Sólo sus lágrimas testigos,
ese grito recordarían.

Sin embargo, a un océano de distancia,
una hermosa y triste joven
creyó escuchar, con un escalofrío,
el lejano y sordo “te amo”,
de un alma en agonía.

 

 

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ojos apagados… | microrrelatos

ojosapagados

 

No hablaba, no soñaba, no respiraba, no vivía.

Los diagnósticos se sucedían como las melancólicas notas de una triste melodía.

Los especialistas buscaban, en la falsa paz de su mirada,
algún indicio que demostrara que aún estaba con vida.

Ni siquiera él sabía que pasaba, tampoco sabía que sentía,
sólo sabía que en el vacío de su pecho una trágica y dulce sensación lo consumía.

Su corazón ya latía en otro cuerpo, un cuerpo que todos sus suspiros consumía.

Un nostálgico y hermoso cuerpo que volaba entre recuerdos en un avión con destino incierto.

Un avión que no se sabía si volvía.

 

 

la calle de la vida… | microrrelatos

photo

 

Una vez que se vio ante el hecho consumado, sólo pudo estudiar la forma de escapar a su pasado.

No encontraba la vuelta que necesitaba para frenar la vorágine de sus pensamientos.

Sólo veía el llanto de su abuela, que lo protegía como en un recuerdo.

Ya nada podía hacer, ya todo estaba planeado.

Entonces, como un fantasma del olvido, se perdió entre la gente.

Mientras tanto, en plena avenida,
llamada por la ironía «la calle de la vida»;
una masa de humanidad, rendía culto a su cuerpo en el asfalto.

 

 

mundo perdido… | microrrelatos

mundo_perdido

 

Tenía un mundo propio. Perfecto.

Un mundo en el que sus deseos se veían satisfechos y sus principales miedos se perdían en las correntosas aguas de un río que venía del cielo.

Ése era su mundo.
Solitario. Privado. Imaginario.
Perfecto.

Un mundo en el que nadie podía hacerle daño, en el que nadie podía molestarlo.
En el que nadie, por más que quisiera o intentara, podía alcanzarlo.

Cada vez que la realidad le impactaba, que los más sutiles cambios de la vida cotidiana lo afectaban,
él se sumergía en su mundo.

Paseaba, conocía. Se maravillaba con las fabulosas especies y los paisajes de fantasía que su mundo le regalaba.

Pero sobre todo, la paz.
Éso era lo que más le gustaba. En su mundo se sentía en paz.
Vivía en paz. Era paz.

Después de unos minutos, o tal vez horas en el mundo real, él volvía.
Como si nada. Como si su viaje nunca hubiera existido.

Cada vez se retiraba más y más seguido a su mundo. A disfrutar los placeres que una naturaleza inventada había creado sólo para él.

La más pequeña excusa ya le era suficiente para empacar sus recuerdos y emprender el viaje perfecto a su mundo ideal.
La realidad ya poco le importaba, y volver a ella le era cada vez más difícil.
Como el regreso a clases de los niños tras unas largas vacaciones.

Así fue como un día, paseando por su mundo, se perdió.
Intentó, durante horas eternas, encontrar el camino de vuelta.
Pero la realidad estaba tan lejos,
tan inalcanzable,
que por más que se esforzara, nunca llegaba.

Por eso no volvió.
Y se quedó para siempre en su mundo de fantasía.

Un mundo propio.
Perfecto.